LÍNEA 12: INCLUSIÓN SOCIAL Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Vivimos en una sociedad “social”, y cuando las capacidades de este aspecto del desarrollo personal son deficitarias o anómalas, esto afecta a toda la vida de la persona, la cual va a presentar una serie de hándicaps a la hora de desenvolverse adecuadamente en los diversos contextos en los que las personas interactuamos, y esta es la realidad de las personas con TEA. Con independencia de sus características individuales y la gran heterogeneidad en la manifestación del trastorno, podemos decir, la alteración en las relaciones sociales son aspectos nucleares de los TEA.
Aspecto éste que incide de pleno en la posibilidad de ser incluido en nuestra sociedad de forma real. Respecto a las posibilidades de ejercer el propio de derecho para la participación ciudadana, existen numerosos factores que para las personas con TEA resultan barreras en algunos casos infranqueables para poder llegar a desarrollar dicha participación de pleno derecho. Aspectos tales como la falta de apoyos para el desarrollo de actividades lúdicas y de ocio, así como la posibilidad de elección de actividades culturales.
A su vez, no podemos olvidar, que las personas con discapacidad y sus hogares, son personas más vulnerables en los momentos de crisis, algo que se ha venido constatando a lo largo de los últimos años, y que vemos a diario. Son familias que han de gestionar gastos extraordinarios derivados de los tratamientos e intervenciones de la discapacidad, y que, en el caso de las personas con TEA, en el mejor de los casos, comienzan a darse esos gastos a la corta edad de 18 meses, y alargándose durante toda la vida de la persona. Gastos que afectan por tanto a la economía familiar y al poder adquisitivo de ésta, a lo cual hay que añadir, que por lo general, los hogares en los que hay personas con discapacidad, son hogares en los que el nivel de gastos es significativamente superior, lo que acaba mermando su poder adquisitivo, más aún cuando uno de los progenitores se ve obligado a renunciar a su puesto de trabajo o carrera profesional, para atender las necesidades de su hijo/hija muchas veces motivado por el lugar de residencia situación familiar. Todo ello contribuye sobremanera al empobrecimiento de estas familias, dando lugar a que tengan, por tanto, menos oportunidades de llevar a cabo una participación comunitaria en igualdad de condiciones. Esto es un hecho constatado en Castilla-La Mancha, donde las familias que tienen un miembro diagnosticado de TEA han de costearse de manera privada los tratamientos e intervenciones que sus familiares precisan, los cuales en ocasiones ascienden a gastos que difícilmente pueden ser soportados por un único sueldo familiar, y no podemos olvidar que estamos en una región donde la tasa de paro se situaba hasta el año 2015 en un 25% de la oblación.
Por todo lo que estos aspectos conllevan, es fundamental establecer los mecanismos que sean precisos para luchar contra la pobreza y exclusión social que ataca con dureza a los colectivos más
desfavorecidos, incluyendo a las personas con TEA y sus familias.
Propuesta 1: Potenciar la accesibilidad cognitiva mediante apoyos visuales en edificios servicios públicos y zonas de ocio.
Propuesta 2: Promover la capacitación de la figura del voluntario como pilar esencial para actividades de ocio inclusivo.
Propuesta 3: Fomentar la formación de personal voluntario.
Propuesta 4: Incluir formación específica en TEA en los temarios de las personas que pueden intervenir en áreas de ocio y tiempo libre (monitores de ocio y tiempo libre, actividades juveniles, entrenadores, monitores deportivos…)
Propuesta 5: Articular el cauce de comunicación óptimo entre los organismos y servicios oficiales que ofrecen actividades de ocio y tiempo libre con las diversas entidades que podrían beneficiarse de dicha oferta.
Propuesta 6: Proporcionar los mecanismos, recursos y apoyos precisos para favorecer el acceso y la participación social de las personas con TEA y fomentar su autodeterminación.