Tras la obtención del diagnóstico, es muy importante comenzar una intervención apropiada y adaptada a la persona, a su familia y a su entorno.
Está demostrado que una intervención temprana y adecuada, mejora el pronóstico de la persona y por tanto su calidad de vida y la de su familia.
Cuanto antes se tenga un diagnóstico antes se podrá comenzar a intervenir de manera específica y especializada.
Una intervención temprana es la clave para que cada persona con TEA alcance su máximo potencial. Además, un diagnóstico temprano también favorece la situación emocional de las familias, lo cual también repercute de manera positiva en las personas con TEA.
Existen diferentes modelos de intervención, cada persona con TEA es única y tiene sus características específicas, por eso las intervenciones han de ser individualizadas y adaptadas a las necesidades específicas de cada persona.
El objetivo de toda intervención debe ser siempre desarrollar al máximo las capacidades de la persona para que su vida sea lo más autónoma y plena posible.
Las intervenciones no se deben centrar únicamente en la persona con TEA, se debe establecer una planificación donde la familia sea partícipe y el fin último sea mejorar la calidad de la persona con autismo y la de su familia.
EVIDENCIA CIENTÍFICA
Desde la Federación Autismo Castilla-La Mancha, solo apoyamos modelos con evidencia científica, que hayan demostrado teórica y prácticamente su eficacia, y siempre perseguiremos y denunciaremos aquellas prácticas sin evidencia científica, especialmente si son perjudiciales para la persona con TEA.
A través del canal de denuncias de la FACLM, se vigila y denuncia la difusión de prácticas no basadas en evidencia científica que puedan ser perjudiciales para las personas con TEA o que puedan enmascarar una intención de lucro en lugar de un beneficio. enlace unidad de derechos, canal denuncias.
Insistimos en la necesidad de no promover ni divulgar supuestas terapias (pseudociencias) que prometan la mejora o curación del autismo y que puedan poner en grave riesgo la salud de las personas con TEA.
Este tipo de prácticas son claramente fraudulentas y solo contribuyen a generar desconcierto sobre los tratamientos avalados por la evidencia y a empañar la labor de los profesionales cualificados que trabajan cada día para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA.
ATENCIÓN TEMPRANA
Una de las principales reivindicaciones de las familias de personas con TEA es garantizar el acceso a la atención temprana personalizada hasta los seis años a todos los niños y niñas que reciban el diagnóstico de TEA, con independencia de su lugar de residencia, por parte de equipos interdisciplinares formados en modelos de intervención basados en la evidencia científica.
Es preciso impulsar la implementación de intervenciones contrastadas para las personas con TEA en los distintos sistemas que les atienden a lo largo de su vida, fundamentalmente el sanitario, el educativo y el social. Así se les podrá facilitar la transición entre las distintas etapas vitales y se contribuirá a erradicar prácticas no recomendadas o sin evidencia contrastada.
También es necesario promover el desarrollo, la implantación y la evolución de sistemas de coordinación que ayuden a garantizar la trasversalidad de las intervenciones y la continuidad de la atención que reciben las personas con TEA y sus familias, integrando para ello a los profesionales de las asociaciones en el seguimiento de los casos y en la planificación y dinamización de los apoyos y oportunidades.
INTERVENCIÓN INTEGRAL Y ESPECIALIZADA
A día de hoy, los únicos abordajes e intervenciones recomendados para el tratamiento del TEA son de carácter psicoeducativo, orientados a potenciar puntos fuertes y a proporcionar apoyos que favorezcan el desarrollo personal, la inclusión social y la calidad de vida de las personas con TEA y de sus familias.
Por ello, la intervención dirigida a las personas con TEA debe estar siempre basada en la evidencia y conjugar el conocimiento científico con la experiencia y el consenso profesional, así como con los intereses y derechos de las propias personas con este tipo de trastorno y sus familias.
Es fundamental cubrir en todo momento las necesidades de información, asesoramiento y apoyo de la familia, pues son ellos los principales gestores de las personas con TEA.
Es importante a lo largo de todo el ciclo vital, utilizar los puntos fuertes de la persona con TEA (como por ejemplo las habilidades visuales), así como sus intereses para crear recursos de apoyo.
Estructurar su entorno de cara a hacerlo más comprensible ayuda a las personas con TEA a ser más independientes y reducir la ansiedad que les puede generar el entorno.
Los programas de apoyo e intervención deben ir orientados al desarrollo de las habilidades comunicativas y sociales, mediante una estructuración de las actividades, la enseñanza y el entorno.
Las necesidades de las personas cambian a lo largo de su vida y los recursos de apoyo deben adaptarse a las diferentes etapas, por lo que es fundamental asegurar apoyos educativos individualizados a lo largo de la vida de la persona, apoyo a las familias y los profesionales y servicios comunitarios que permitan su inclusión. Una vez que la persona con TEA es adulta sus necesidades de apoyo tienen que ir dirigidas hacia la vida independiente, el empleo y las actividades ocupacionales, así como a favorecer decisiones sobre su propia vida.
Las familias de las personas con TEA necesitan que se les faciliten los apoyos especializados necesarios que les permitan disfrutar de una calidad de vida satisfactoria.
INCLUSIÓN
Las personas con TEA y sus familias reclaman impulsar el acceso, participación ciudadana y disfrute en la sociedad, favoreciendo el conocimiento y uso de los recursos comunitarios y potenciando el desarrollo de las prestaciones y servicios dirigidos a promover la autonomía personal en el marco del catálogo del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD).
Por ello, es fundamental el desarrollo de medidas orientadas a combatir la exclusión social de las personas con TEA y sus familias, así como incorporar los servicios de apoyo al ocio y tiempo libre del colectivo, como recursos clave para promover su participación en la comunidad.
También es necesario crear mecanismos que garanticen la participación de las personas con TEA en los procesos de toma de decisiones, a nivel autonómico y nacional.